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Desde que inicia la pre-campaña electoral, empiezan a aparecer las encuestas, y con ellas también resultados tendenciosos e informaciones dudosas en los medios.
Por ejemplo, en Diciembre del 2013 la nación informaba los resultados de una encuesta de Unimer, y decía que:
Entre los probables votantes, ahora la preferencia por Villalta, del Frente Amplio, oscila entre un 17% y un 22%; mientras que por Guevara y Araya, de Movimiento Libertario (ML) y Liberación Nacional (PLN), se mueve entre un 14% y un 19% en los dos casos.
En dos meses, el apoyo máximo para el liberacionista cayó del 38% al 19%, con lo que perdió la ventaja que sostuvo por meses.
El frenteamplista fue el que más creció; su línea superior pasó del 10% al 22%, mientras que el libertario pasó del 12% al 19%.
El grupo de los probables votantes representa poco más del 70% del electorado y está constituido por los que ya decidieron el voto y los que están indecisos.
En este caso, el margen de error de la encuesta es de 2,4 puntos porcentuales.
Después de los tres primeros candidatos, Luis Guillermo Solís, de Acción Ciudadana (PAC), reúne de un 3% a un 8% de apoyo. Y Rodolfo Piza, de la Unidad Social Cristiana (PUSC), hasta un 5%.
El grupo que no sabe por quién votar ahora oscila de un 19% a un 24%. El estudio se efectuó mediante entrevistas a domicilio y tiene un nivel de confianza del 95%.
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Es evidente que ese 95% de nivel de confianza que decía el estudio, debió haber sido el margen de error, pues la encuesta decía que representaba al 70 % del electorado, y el presidente fue un candidato que estaba muy por debajo de esos a quien la encuesta ponía arriba.
Pero ¿que lograron esos partidos que aparecían arriba?
Cuando las encuestas dan esos resultados, lo que logran los partidos que aparecen arriba es acceso a financiamiento, pues esos resultados generan algún grado de confianza a los bancos de que esos partidos tendrán acceso a deuda política y podrían pagar los créditos que asuman, o bien, generan confianza para que inversores privados adquieran bonos que emiten los partidos, con la esperanza de poder cobrarlos y obtener un beneficio.
Otro claro ejemplo de esto es lo que nos informó la Universidad de Costa Rica el 20 de diciembre del 2017:
Juan Diego Castro del Partido Integración Nacional (PIN) y Antonio Álvarez del Partido Liberación Nacional (PLN) se colocan a la cabeza de la campaña electoral con un empate técnico que les atribuye respectivamente, el 18% y el 14% del apoyo del electorado.
Así lo revelan los resultados de encuesta de opinión pública dada a conocer este 20 de diciembre por el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) y la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica (UCR).
La siguiente posición de preferencia la ocupa Rodolfo Piza del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) con un apoyo del 13%, seguido por Rodolfo Hernández del Partido Republicano Social Cristiano (PRSC) con un resultado del 8%.
El resto de los candidatos perciben entre el 5% del apoyo de los votantes como es el caso de Carlos Alvarado del Partido Acción Ciudadana (PAC), hasta el 0,5% que coloca a Otto Guevara del Movimiento Libertario (ML) en la última posición de la contienda.
¿Debemos los costarricenses guiarnos por lo que dicen las encuestas para emitir el voto?
Es evidente que las encuestas tienen carencias y posiblemente una doble intencionalidad, pues no son realizadas por entidades neutrales, sino que las empresas son contratadas por partidos políticos o bien por medios de comunicación con intereses en partidos políticos, como es el caso del medio El Observador propiedad de Antonio Alvarez Desanti, y resulta completamente previsible que ese medio tendrá un claro interés en mostrar resultados favorables para su partido.
En octubre 2021, la nación informaba lo siguiente:
TSE exige revelar quién paga las encuestas de elecciones 2022
Sin embargo hasta ahora, el costarricense desconoce quién o quienes han pagados las encuestas oficiales que han aparecido y que divulgan los medios masivos, algo que intentamos conocer en la web del TSE y no encontramos dicha información.
NOTA ACLARATORIA:
Nuestro medio NO paga por realizar sondeos a ninguna empresa especializada, y lo que hacemos es hacer preguntas a nuestros lectores que pueden ser compartidas con otras personas, sin que se pueda llamar a eso una encuesta, pues no tenemos los recursos para enviar un equipo de personas a la calle a encuestar, por eso, recogemos opiniones en redes sociales y publicamos lo que ustedes nos dicen, para tener criterios más amplios y apartados de la línea uniforme que mantienen las encuestadoras oficiales. Es más que evidente que las encuestas tienen el poder mediático para torcer la verdadera voluntad del votante, pues una persona decidida a votar por X candidato, si en las últimas encuestas que se publican, no ven que su candidato aparezca con opción, es casi seguro que ese votante optará por cambiar su decisión y dará su voto a alguno de esos que las encuestas si muestra con algún grado de opción.