Aún muchas personas desconocen el tema que se viene cocinando en las obscuras tinieblas de la Organización Mundial de la Salud OMS, bajo el pretexto de que el mundo debe estar preparado para próximas pandemias, y al que algunos actores políticos se han referido en las últimas horas, como el Dr. Fernando Zamora Castellanos, abogado constitucionalista, con un doctorado por el programa de la Universidad Complutense de Madrid y ULACIT, autor de varias obras en materia jurídica, y el abogado y diputado de la República, David Segura Gamboa.

También lo hicieron el Dr. Francisco Perdomo, médico cirujano, oftalmólogo e investigador médico, así como presidente del partido Unión Liberal, y brevemente desde su cuenta de X (antes Twitter), el abogado, ex diputado y ahora analista político, Otto Guevara Guth (entre otros).

Hablamos principalmente sobre más de 300 enmiendas que se le pretenden hacer al RSI, Reglamento Sanitario Internacional, documento al que éste medio ha tenido acceso, y que les vamos a dejar al final del artículo.

Paralelamente al grupo de trabajo de la OMS que está planteando esas reformas y que podrían firmarse éste mes de setiembre durante la Reunión de Alto Nivel durante la Asamblea General de las Naciones Unidas a realizarse en Nerw York, donde una de las 3 reuniones de alto nivel programadas es sobre esos temas.

Paralelo al grupo que prepara esas enmiendas, trabaja otro grupo en la elaboración de un nuevo tratado internacional de prevención de pandemias, y ambos temas serían presentados para su firma, aprobación y posterior aplicación en la Asamblea Internacional de la Salud en mayo del 2024.

Por qué necesitan las enmiendas antes de la aprobación del nuevo Tratado?

Esa es la gran interrogante y el punto medular en toda ésta trama, pues evidentemente el Tratado Internacional sobre Pandemias es vinculante y de acatamiento obligatorio para los paises que lo suscriban de acuerdo al derecho internacional, teniendo en cuenta que al considerarse la salud un derecho humano, estaría por encima de la misma constitución o carta magna de los paises.

Por un principio básico del derecho que dice «primero en tiempo, primero en derecho», esa obligatoriedad que pretende el nuevo Tratado de darle poderes absolutos al Director de la OMS, estaría contraviniendo lo que establece el RSI sobre la no obligatoriedad en el acatamiento de las recomendaciones que puedan emanar de la OMS en caso de pandemias y otros asuntos que puedan relacionarse a la salud pública, entonces para ellos y sus perversas pretensiones, el mismo RSI es una piedra en el zapato, algo que se puede corregir si se le hacen las «debidas enmiendas».

Otra de las enmiendas que pretenden, es la censura a todo aquello que no sea «oficial», limitando el derecho a la libre expresión y a poder disentir aunque sea del dominio público y evidente, que una nueva pandemia pudiese ser un fraude.

Para poder dimensionar de lo que estamos hablando, hay dos aspectos de enorme relevancia:

1./ De acuerdo al RSI actual, cuando algún país alerta sobre una epidemia que pueda llegar a convertirse en pandemia, el Director de la OMS debe convocar dos grupos o comités, uno de «expertos» y otro de «examen», pero quien nombra a sus integrantes es el mismo director, en éste caso Tedros Adhanom, que le harían «recomendaciones» que no son vinculantes, y es decisión exclusiva del Director hacer una declaración de pandemia y «recomendar» a los países todo lo que sigue.

2./ Debemos tener claro quién es Tedros Adhanom y cómo llegó a ocupar ese cargo, despues de estar como empleado de Bill Gates en GAVI y con un pasado muy sombrío que le precede. ENTERESE AQUÍ.

También es necesario invocar la memoria histórica para entender el contexto. Las enfermedades forman parte de la historia de la humanidad de manera intrínseca. Hace tres años, la OMS declaró la última pandemia y el mundo entró en pánico sobre todo por la enorme propaganda que 24/7 se daba en todos los medios de comunicación, con predicciones fatalistas y números que la Universidad John Hopkins nos decía, y que al final fueron completamente inexactos.

Desde que el ser humano empezó a organizarse en sociedad y a crear núcleos de personas que convivimos juntos en un mismo espacio territorial, las «enfermedades contagiosas» tomaron un especial protagonismo. A medida que la población mundial fue creciendo, cuando una enfermedad se extendía y afectaba a varias regiones del planeta, se convertía en una amenaza para la población, y se empezaron a documentar las primeras pandemias.  Vamos a referirnos a las que conocemos a partir de la peste negra.

Se conoce con ese nombre cuando la humanidad vivió el peor brote de esta enfermedad a mediados del siglo XIV (entre 1346 y 1353). En aquel entonces se ignoraba por completo tanto sus causas como su tratamiento. Esto, junto con la gran velocidad de propagación, la convirtió en una de las mayores pandemias de la historia. Los números que registra la historia y que dejó tras de sí esta epidemia, son estremecedores. Por ejemplo, según los datos que manejan los historiadores, la península Ibérica habría perdido entre el 60 y 65% de la población, y en la región italiana de la Toscana entre el 50 y el 60%. La población europea pasó de 80 a 30 millones de personas.

El llamado virus variola, cuya afectación en los seres humanos es conocida desde hace por lo menos 10.000 años, es el causante de la enfermedad conocida como viruela. Su nombre hace referencia a las pústulas que aparecían en la piel de quien la sufría. Era una enfermedad grave y extremadamente contagiosa que diezmó la población mundial desde su aparición, llegando a tener tasas de mortalidad de hasta el 30%. Se expandió masivamente y en Europa tuvo un periodo de expansión dramático durante el siglo XVIII, infectando y desfigurando a millones de personas. Afortunadamente, es una de las dos únicas enfermedades que el ser humano ha conseguido erradicar pues en 1977 se registró el último caso de contagio del virus, que desde entonces se considera extinguido, a pesar de que hace poco y durante la última pandemia, la misma OMS intentó revivirla lanzando alarmas infundadas y basadas en estudios de muy dudosa procedencia.

En marzo de 1918, durante los últimos meses de la Primera Guerra Mundial (1914-1919), se registró el primer caso de gripe española, paradójicamente, en un hospital de Estados Unidos. Fue bautizada así porque España se mantuvo neutral en la Gran Guerra y la información sobre la pandemia circulaba con libertad, a diferencia de los demás países implicados en la contienda que trataban de ocultar los datos. Esta virulenta cepa del virus de la gripe se extendió por todo el mundo al mismo tiempo que las tropas se repartían por los frentes europeos. Los sistemas de salud se vieron desbordados y las funerarias no daban abasto. Estudios recientes han revelado datos más precisos. Se estima que la tasa global de mortalidad fue de entre el 10 y el 20 por ciento de los infectados, llegando a morir, en todo el mundo, entre 20 o 50 millones de personas. Hay quien incluso se atreve a decir que pudieron ser 100 millones…, y lo que más de 100 años después sigue en discusión, es el verdadero origen, pues versiones de investigadores muy serios y respetables dicen que fue la vacunación experimental que varios paises desarrolaban EEUU, Francia, Gran Bretaña, España y Suiza, pues no contaban con grandes estudios ni aprobación de ningún ente regulador, y lo curioso y que aún es objeto de estudio es que todas las victimas de la gripe española recibieron alguna de esas vacunas, y quienes sobrevieron a la «gripe española» contaron no haber recibido la vacuna.

El H2N2 o virus de la gripe A, se registró por primera vez en la península de Yunán, China, virus de procedencia supuestamente aviar apareció en 1957 y en menos de un año se había propagado por todo el mundo. Ésta pandemia registró un millón de muertos en todo el planeta.

Tan solo diez años después de haber superado la última gran pandemia de gripe, apareció, de nuevo en Asia, la llamada gripe de Hong Kong. Una variación del virus de la gripe A (H3N2) fue registrada en esta ciudad en 1968 y se expandió por todo el mundo con un patrón muy parecido al de la gripe asiática. Un millón de personas fueron las víctimas que causó esta nueva cepa de la gripe.

Una de las pandemias más graves y más recientes conocida por la sociedad actual es la del Virus de Inmunodeficiencia Adquirida, el VIH, más conocido como SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). Los primeros casos documentados tuvieron lugar en 1981, y desde entonces se extendió por todo el mundo concentrando gran parte de los esfuerzos de las organizaciones mundiales de la salud. Los efectos son algo que podría describirse como el agotamiento del sistema inmunológico, de modo que el propio virus no es letal, pero sí lo son sus consecuencias, pues dejan el organismo desprotegido frente a otras enfermedades. Su contagio se produce por contacto con fluidos corporales. A pesar de que estas vías de transmisión lo hacen menos contagioso, a priori, que otros virus como la gripe, el desconocimiento inicial permitió que se expandiera con mucha rapidez. Se calcula que el VIH ha podido causar alrededor de 25 millones de muertes en todo el mundo, y ya en la actualidad se ha comprobado que el tratamiento que durante muchos se le dió a esos pacientes, fue lo que los deterioró hasta su inevitable muerte. Hoy día con un retroviral al día, viven una vida normal, saludable y sin peligro de contagiar a otras personas.

La última antes del Covid.

La última antes de la del covid, fue de la gripe H1N1, a veces llamada gripe porcina, que es un tipo de virus de la influenza A. Durante la temporada de gripe 2009-2010, un nuevo virus H1N1 empezó a causar enfermedades en seres humanos. Por lo general, se denominaba gripe porcina y era una nueva combinación de virus de la influenza que infecta a cerdos, aves y seres humanos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la gripe H1N1 como pandemia en 2009. Ese año se calcula que el virus causó 284 400 muertes en todo el mundo. En agosto de 2010, la OMS declaró el fin de la pandemia. Sin embargo, la cepa de la gripe H1N1 de la pandemia se convirtió en una de las cepas que causan la influenza estacional. La mayoría de las personas con gripe mejoran por su cuenta.

La pandemia del 2009 tuvo caracteristicas e intensiones muy similares a ésta última que recientemente vivimos, pero una persona la logró detener. El médico Dr. Wolfang Wodarg, hoy de 76 años de edad, en aquel año era el presidente de la Asamblea Parlamentaria del Comité de Salud del Consejo de Europa. El 4 de Enero del 2010 en una entrevista ofrecida al periódico francés L.Humanité denunció lo que él consideraba era toda una conspiración vinculada a la industria farmacéutica para vender vacunas y responsabilizó a la OMS por ello, pues en alguna medida demostró que todo fue una campaña montada, exagerada y organizada por ciertos actores.

Al final, fueron millones de dosis de vacunas destruidas por vencimiento en el 2011 y millones de dólares que perdieron los países pero que se embolsaron las farmacéuticas. Para que tengamos idea de la magnitud del «desfalco» que significó esa «falsa pandemia» orquestada por la OMS en complicidad con la industria farmacéutica, sólo España, Francia y EEUU, terminaron destruyendo más de 65 millones de dosis de la vacuna contra el H1N1 que ya tenían lista antes de declarar la pandemia, por un costo de más de 765 millones de dólares de aquel entonces, sólo entre esos tres países.
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Lo mismo ha pasado con las vacunas covid, sólo Alemania, México, España y EEUU, han reportado a inicios del 2023, haber desechado 185 millones de dosis con un costo ponderado de más de 2 mil millones de dólares, dinero no reembolsable que nuevamente se embolsaron las farmacéuticas, y Costa Rica no escapa a ese «desperdicio» de recursos, donde ya se reportan más de 1.300.000 de dosis desechadas con un costo de más de 14 millones de dólares, -más de 5 mil setecientos millones de colones-.

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Financiamiento de la OMS.

No es un secreto que sólo el 20% del financiamiento de la OMS procede de las contribuciones obligadas de los países miembros según su PIB, y que el restante 80% proviene de fundaciones, (principalmente las de Bill Gates), de las empresas farmacéuticas y de otras contribuciones, algo que le ha cambiado la fisonomía a esa organización, pues en términos económicos puede ser considerada una organización privada y como tal, obeceder a intereses de quienes la financian.

Germán Velásquez, ex director del Programa Mundial de Medicamentos de la OMS y quien laboró allí por más de 20 años, lo explica en ésta entrevista: LEERLA AQUÍ

EL PELIGRO.

Es más que evidente que la sola firma de las enmiendas al RSI ya pone en peligro la soberanía nacional, entendiéndose el concepto de «soberanía nacional» como el dominio de un Estado sobre sí mismo, y que se manifiesta por la voluntad política que tiene un pueblo de tomar decisiones para autodeterminarse, manifestarse y tomar decisiones de manera autónoma, respetando los derechos humanos de quienes componen ese pueblo.

Darle poder irrestricto a una organización por la que ese pueblo no ha votado ni a elegido, representada además por una persona considerada un «terrorista», es un peligro, es un garrafal error, y podría incluso considerarse como un delito de traición a la patria que cometerían los responsables de esas firmas.

Aquí lo manifestado por el experto en derecho constitucional, Dr. Fernando Zamora Catellanos:

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Aquí lo dicho por el diputado David Segura Gamboa:

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Aquí lo dicho por el Dr. Francisco Perdomo:

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Aquí lo dicho por Otto Guevara Guth:

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