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Chocolate negro.

Prácticamente nos gusta a todos. Pero cuando estamos a dieta, es uno de los alimentos que primero se eliminan, y quizá no sea necesario ser tan drásticos, ya que recientes estudios han demostrado que el chocolate negro es muy saludable e incluso ayuda a bajar de peso.

Pero no se trata de cualquier chocolate, sino el que tenga al menos un 70% de cacao, sin azucares adicionados, ya que cuanto más puro sea, más concentradas están las sustancias beneficiosas que nos aporta. Además el chocolate negro, tiene menos grasas y aporta menos calorías que los otros, pero siempre se debe consumir con moderación.

Ayuda a adelgazar.

Un estudio realizado en la Universidad de California de San Diego ha revelado que el chocolate negro consumido con moderación y acompañado de un estilo de vida saludable sirve para disminuir el índice de masa corporal.

A pesar del alto nivel de calorías que tiene, el chocolate sería bueno para el metabolismo según una investigación realizada en mil personas y publicada en Archivos de la Medicina Interna.

Ayuda a retrasar el envejecimiento.

El chocolate negro es rico en flavonoides, que son sustancias que actúan como antioxidantes protegiendo a las células de la acción de los radicales libres. Para esto también es importante elegir un chocolate lo más puro posible. Por ello, te ayuda a retrasar la aparición de arrugas y permanecer joven por más tiempo.

Es cardiotónico.

Juega un importante papel en la prevención de las enfermedades cardíacas, ya que se ha demostrado científicamente que las personas que lo consumen de manera habitual sufrían menos ataques cardíacos

Ayuda a regular la presión arterial.

Aunque aún no se ha determinado con precisión la cantidad de chocolate que hay que tomar para ello, se ha demostrado que los flavonoides que  contiene, concretamente los llamados procinaidos ayudan a equilibrar la presión en la sangre y reducir su coagulación.

Ayuda a controlar la ansiedad y combate la depresión.

El chocolate estimula la actividad neuronal en las regiones del cerebro asociadas al placer, y por eso, muchas personas dicen que es antidepresivo, porque nos hace sentirnos mejor.  Esto se debe a que estimula la producción de endorfinas que es la hormona de la felicidad. Además contiene feniletilamina química que según los científicos desencadena sentimientos parecidos a los que tenemos cuando estamos enamorados.

Es de gran ayuda para combatir la fatiga.

Si se sufre de algún síndrome de fatiga crónica, el chocolate negro, puede ayudar. Un estudio demostró que el chocolate negro, mejoró los síntomas de fatiga y funciones físicas, la depresión y la ansiedad a las personas a las que se sometió a dicho estudio a las que se les suministró 1,5 grs de chocolate negro. Esto es debido a que el chocolate negro, es rico en polifenoles que son unas sustancias que aportan multitud de beneficios.

Ayuda a prevenir el cáncer.

Gracias a dos de los flavonoides que contiene el chocolate llamados epicatequina y  quercetina, el chocolate ayuda a prevenir el cáncer porque estos polifenoles pueden inhibir la proliferación de las células cancerígenas.

Así que, se puede incluir el chocolate negro de manera regular en la dieta diaria, pero siempre con moderación. A parte de ayudar a bajar de peso aumentando el metabolismo, quitará un poco la ansiedad que se siente cuando comemos menos de lo que nuestro cuerpo nos pide, con lo que puede ser un gran aliado cuando intentamos bajar de peso. Pero recuerda, no exceder de 35 grs. al día.

Dátiles

“El dátil es una fruta desecada natural, no se somete a un proceso de desecación, sino que se seca al sol en el mismo árbol y después se recolecta”.

Se trata del fruto de la palmera datilera, dulzón y tierno, que en muchos casos sirve para sustituir el azúcar (sobre todo en pastelería). “Cien gramos de dátiles satisfacen las necesidades diarias de hierro”, indica la Fundación Española de la Nutrición, que detalla que es un alimento que se puede ingerir de muchas formas, solo o acompañado (como el clásico dátil con bacon).

Además del sabor, su punto fuerte son los minerales: es rico en potasio, calcio y fósforo, por lo ayuda a recuperar los músculos tras un esfuerzo (como practicar deporte), asegura el correcto funcionamiento del sistema nervioso y refuerza huesos y dientes.

El dátil es una fuente de vitamina E, que ayuda a proteger las membranas celulares de la oxidación, a la formación de los glóbulos rojos y a la utilización de la vitamina K.

También es rico en fibra soluble, “que tiene capacidad de formar geles viscosos que fijan la grasa y el colesterol, con lo que disminuye la absorción de dichas sustancias; razón por la cual el consumo moderado de frutas desecadas es positivo en caso de hipercolesterolemia, si ésta no va asociada a exceso de peso”, explica Maribel Arias García.

La especialista destaca la aportación en magnesio del dátil, puesto que “es habitual el déficit de este mineral en dietas ricas en alimentos refinados.

Como el resto de frutas desecadas, el dátil puede resultar algo indigesto. Y contiene “tiramina, una sustancia que provoca constricción de los vasos sanguíneos, lo que puede provocar migraña en personas propensas”, por eso se recomienda siempre iniciar su ingesta con una pequeña cantidad e ir aumentando hasta lograr consumir unos 4 dátiles diarios.

Agua de mar isotónica

El agua de mar isotónica es líquido extraído del océano cuya salinidad ha sido reducida con agua de manantial, pasando así de una concentración salina aproximada de 33 gramos de sales por litro a 9 gramos por litro. Así, y gracias al protocolo AQP, obtenemos un plasma marino isotónico con una composición mineral prácticamente idéntica a la de nuestros líquidos corporales: lágrimas, sudor, plasma sanguíneo…

El agua de mar isotónica favorece la hidratación y la remineralización de nuestro organismo ya que contiene una importante cantidad de minerales (calcio, magnesio, potasio…) y oligoelementos. Es un remineralizante natural que aporta la mayoría de los elementos que el cuerpo necesita.

A nivel digestivo, es un gran aliado que ayuda a una digestión normal mediante la producción de ácido clorhídrico en el estómago, aliviando así los síntomas de diversas molestias digestivas.

Además, contribuye a la hidratación y nutrición de nuestras células, siendo este un aspecto clave para la salud. El plasma marino da fuerza biológica a la célula, fortaleciendo el organismo en su conjunto. Podemos decir que el agua de mar es el mejor nutriente celular orgánico, alcalino y biodisponible a nuestro alcance.

Existe una gran similitud entre el agua de mar isotónica (plasma marino) y los fluidos corporales, particularmente la sangre. El agua de mar isotónica tiene la misma concentración molecular que el plasma sanguíneo, 9 partes por mil de agua pura. Debido a esta similitud, el agua de mar contribuye a una regeneración celular completa. La ingesta de agua de mar isotónica ayuda al equilibrio del organismo desde la base, nutriendo a las células.

El agua de mar nos ayuda a estar sanos, pues es el mayor reconstituyente de minerales de nuestro cuerpo y nos ofrece muchos otros beneficios si la consumimos a nivel interno.

Aunque existe la creencia popular de que el agua marina no es apta para nuestro consumo, ingerirla tiene enormes beneficios sobre nuestra salud. Este líquido contiene minerales, proteínas, vitaminas y más de 90 elementos de la tabla periódica fundamentales para nuestro cuerpo, lo que nos ayuda a llevar una vida sana, rica en nutrientes y minerales, y lo más importante, de una forma natural.

A finales del siglo XIX, René Quinton, un investigador francés, descubrió que la composición del agua de mar es muy similar al medio en el que se desenvuelven nuestras células. Es decir, los componentes del agua de mar son muy similares a nuestro plasma (sangre).

Quinton desarrolló una teoría científica sobre la terapia marina, en la que se determina que las enfermedades son, en realidad, una intoxicación del medio interno a nivel celular. Para que las células puedan desarrollar sus funciones correctamente, deben disfrutar de un medio interno equilibrado para evitar que los órganos se deterioren. Y ese medio interno (plasma) es análogo al agua del mar.

Tras desarrollar esta teoría, entre 1910 y 1950 fundaron junto al Doctor Jarricot los «Dispensarios marinos», centros en los que se usaba agua de mar para sanar diversas enfermedades.

Si tenemos en cuenta que las enfermedades se desarrollan en entornos ácidos, nos será fácil entender que el agua de mar, con propiedades alcalinas, funciona como alcalinizador de nuestro organismo, lo que nos puede ayudar a prevenir enfermedades.

Es decir, al beber agua de mar, nuestro organismo se desintoxica, oxigena, alcaliniza, nutre y restaura. Entre los beneficios de tomar agua de mar, podemos destacar los siguientes:

Ayuda a nuestro organismo a procesar mejor los alimentos, evitando digestiones pesadas.

Ayuda en la absorción de nutrientes a través del tracto intestinal.

Elimina el exceso de acidez de las células del cuerpo.

Regula la presión arterial (mezclada con agua dulce).

Ayuda a la regeneración celular.

Limpia los pulmones de mucosidad.

Ayuda a eliminar resfriados y congestión.

Aporta dureza a los huesos (la deficiencia de sal, o consumir sal refinada, es una de las principales causas de la osteoporosis).

Regula el sueño.

Por admin

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