Hace 4 años, en la elección de febrero, los estrategas del PAC, idearon un montaje para provocar la polarización de los costarricenses utilizando un tema polémico sobre Derechos Humanos, que no era para nada trascendental para Costa Rica durante los siguientes 4 años.

No tenía que ver con economía, con producción, con desempleo o con seguridad…, era un tema sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, y en base a ese único punto, el costarricense voto y llevó a un balotaje a los dos peores candidatos, a los más inexpertos y a los que menos podían hacer por mejorar nuestro país.

Uno, postulado por un partido de corte religioso, sin un equipo para gobernar y con grandes carencias como conocedor de casi todos los temas, y el otro, heredero de uno de los peores gobiernos de la segunda República, con las mismas carencias que el primero que los convirtió -en principio-, en contendores en igualdad de condiciones, donde ambos se verían en la necesidad de armar un muy buen equipo de asesores para enfrentar esa segunda ronda en el mes de abril.

Fueron las encuestas y los medios de comunicación que elevaron al candidato oficialista en los últimos quince días anteriores a la elección, que lo llevaron al segundo puesto y con ello, poder estar en la segunda ronda.

En esa primera ronda sucedió algo demasiado extraño y que aún hoy es inexplicable, pues no obedece ni a la lógica ni a la estadística:

Un partido que no alcanza estar en segunda ronda, es el que saca mayor cantidad de diputados. El PLN alcanza 17 diputados pero queda fuera de la segunda ronda, contra 10 diputados del PAC que si logra un segundo puesto y va al balotaje.

Si se revisa la historia, nos damos cuenta que la cantidad de diputados guarda una proporcionalidad con los votos que obtienen los candidatos presidenciales, y nunca antes se había dado un hecho como ése, lo que sigue generando grandes dudas, y sigue siendo un misterio sin resolver.  

Para la segunda ronda, fue más que evidente que quien si armó equipos, mejoro su plan de gobierno y logró atraer gente muy capacitada a esos equipos, fue Fabricio Alvarado. 

Por otro lado, el PAC, el partido en el gobierno le apostó a dos cosas:

1.- Atraer a ciertas figuras de peso y que estuvieran muy presentes en el imaginario colectivo…

2.- Contratar al estratega uruguayo Julián Kanarek, joven consultor utilizado por los globalistas para impulsar candidatos en varios países. Kanarek es asesor de la ONU, Organización Mundial de la Salud, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, etc. Es un experto en la manipulación de masas.

Para esa segunda ronda o balotaje, Kanarek se valió de uno de los sentimientos más arraigados y respetados por el costarricense, Nuestra Señora de los Ángeles “La Negrita” para polarizar, utilizando una serie de mecanismos difamadores, que al final pusieron a Carlos Alvarado en la Presidencia de la República.

Ese proceso, o segunda vuelta en Costa Rica del año 2018 es ya motivo de estudio a nivel mundial, porque sucedieron dos hechos que son inexplicables desde la academia, desde lo histórico y desde la estadística.

1.- Es la primera vez en un balotaje, que quien gana la primera ronda, queda tan rezagado en la segunda. Recordemos que Fabricio le metió 73,518 votos de ventaja a Carlos el 4 de febrero, ambos muy lejos del 40% necesario para ganar en primera ronda (26.1% Fabricio y 22.6% Carlos). Para la segunda ronda, Carlos aumenta su caudal en 858.434 votos y Fabricio en 322.396 votos.

 2.- El segundo hecho inédito en la historia de segundas rondas, es que acudieran más personas en la segunda ronda que en la primera…, eso no pasa nunca.

Recordemos las elecciones del 2002 y del 2014:  En el 2002 los votos válidos en primera ronda fueron 1.569.418, y en la segunda fueron 1.379.053

En el 2014, los votos válidos en primera ronda fueron 2.099.219 y en la segunda 1.739.235.

Lo mismo pasa en otros países, para una segunda ronda se quedan siempre votantes sin acudir a las urnas, sencillamente porque ninguno de los candidatos o ideologías son del agrado de un sector de la población que prefiere siempre abstenerse, pero curiosamente eso no pasó en Costa Rica en el 2018.

En primera ronda los votos válidos fueron 2.054.702 y en la segunda fueron 2.183.296.  Es decir que 128,594 personas que no fueron a votar en la primera ronda, si lo hicieron en la segunda. Eso no pasa jamás.

Todo ese antecedente es necesario para entender el panorama actual. Misma técnica de polarización y manipulación de encuestas y medios de comunicación.

Hoy lo hacen con el tema de las vacunas, donde en realidad el punto principal es la obligatoriedad y la imposición.  Los hechos en Heredia, la criminalización de la protesta, los arrestos y la agresión a la madre de un menor de 6 años y sobre todo la agresión a ese menor, lo que buscan es provocar al pueblo, posiblemente buscando dos escenarios posibles:

1.- Polarizar y que de acuerdo a sus interés salgan dos personas apoyados por las encuestas y los medios en ésta última semana, para guiar la intensión de voto en la dirección que ellos buscan.

2.- Crear caos social si la gente reacciona durante ésta semana y salen a la calle a protestar y manifestarse, pues es ampliamente conocido que el gobierno tiene gente entrenada que se infiltra en esas manifestaciones para agitar y caldear ánimos, y luego son los primeros que provocan a las fuerzas policiales para darles una excusa a usar la fuerza, hasta que se arme un zafarrancho que nuevamente termine en arrestos en el mejor de los casos. Eso le permitiría al gobierno suspender las elecciones y por supuesto seguir criminalizando y deslegitimando la lucha social ante la opinión pública.

NO CAIGAMOS EN ESA TRAMPA.

Ecuanimidad, mucha paz, decisiones muy bien estudiadas, mucha estrategia, porque todo lo que estamos viendo son provocaciones muy bien estudiadas para provocar, pues ellos saben que toda acción tiene una reacción, y lo que no esperan nunca es que logremos mantener la paz, la calma y no nos tiremos a las calles.