Un presidente ilegítimo políticamente hablando, es aquel que alcanza el poder por el voto de una minoría.

La legitimidad existe desde dos perspectivas: La legitimidad jurídica o legalidad, es cuando no se rompe con lo establecido en las leyes, códigos o reglamentos para lograr alcanzar el Poder, pero sin que eso signifique que quien será electo Presidente de la República el próximo 3 de Abril, tenga legitimidad política.

En la primera ronda electoral el pasado 6 de febrero, un 86.63% de los electores inscritos, no votaron a favor de José María Figueres, quien alcanzaría apenas un 13.37% de apoyo de los electores que podían emitir el voto. También, no votaron por Rodrigo Chaves un 90.24% de los electores, es decir que sólo obtuvo un 9.76% de apoyo dentro de los electores acreditados para ejercer el voto ese día.

Juntos, solo habrían obtenido un 23.13% de apoyo, lo que representa que un 76.87% de los electores no apoyaron ninguna de esas propuestas.

Aun así, en forma ilegítima (políticamente), ambos disputarán el balotaje y uno de los dos será el próximo Presidente de la República.

Nuestro sistema electoral, ha venido mostrando grandes debilidades y debería reformarse, pues un gobernante debería –al menos llegar- con el respaldo de una mayoría, es decir que si el padrón es de 3.541.908 electores, un candidato debería lograr al menos un 51%  de esa cifra, que representa 1,806.373 votos, para poder asumir con el respaldo de mayoría.

Con el sistema actual, donde el voto protesta no tiene valor, los presidentes son electos con el respaldo de una minoría y aunque son legítimos jurídicamente, son ILEGITIMOS políticamente hablando.

Esa legitimidad política, la pueden conservar, aumentar o perder durante su gestión, pero al menos la alcanzarían para poder asumir.

Elecciones presidenciales 2002, Abel Pacheco alcanza un 25.89% del padrón que lo pone en segunda ronda, y es presidente de la República con un respaldo del 34.04% de los electores inscritos.

Elecciones presidenciales 2006, Oscar Arias alcanza un 26.05% del padrón que le alcanzan para ser presidente en la primera ronda ya que, a pesar de que un 73.95% del padrón no lo apoyó, ese 26.05% se convirtió en 40.92% de los votos válidos.

Aquí es importante hacer un paréntesis para explicar la gran importancia de ir a ejercer el voto, y no dejarlo en blanco ni anularlo, porque los que eligen y cuentan, son únicamente los votos válidos.  Para entenderlo bien, si en una elección pueden votar 3.000.000 de personas, pero solo lo hacen 2.000.000, lo único que obtendremos es que el abstencionismo sería de un 33.33%, pero sin que esa cifra tenga ninguna validez.

Si de los 2 millones, un millón lo anula, y 800.000 lo dejan en blanco, los votos válidos serán únicamente 200.000 y son los únicos que se toman en cuenta para elegir. Así las cosas, un candidato necesitaría 80.000 votos para ganar en primera ronda, que es el 40% de los votos válidos, aunque esos 80.000 votos sean apenas un 2.66% del padrón de 3 millones que podían votar.   A lo mejor ese que será presidente con apenas 80.000 votos es el más impopular y el que una gran mayoría rechaza y no quiere que sea presidente, pero los abstencionistas, los votos en blanco y los nulos, le facilitaron el camino para llegar.

Elecciones presidenciales 2010, Laura Chinchilla obtiene el 31.62% del padrón y es electa Presidente, aunque un 68.38% no votó por ella.

Elecciones 2014, Luis Guillermo Solís disputa una segunda ronda con apenas el apoyo de un 20.64% del padrón, y es Presidente con el apoyo de un 43.85% del padrón en el balotaje, es decir que la mayoría no lo apoyó, y es por esa razón que decimos que son presidentes ilegítimos políticamente.

Elecciones 2018, Carlos Alvarado llega a la segunda ronda con apenas un 13.98% de apoyo y se elige Presidente con el respaldo de un 39.81% del padrón en el balotaje, es decir que un 60.19% del padrón no voto por él en esa segunda ronda, y aun así es Presidente.

¿Seguiremos teniendo Presidentes Ilegítimos? ¿Entiende que no votar, votar nulo o votar en blanco es facilitarle las cosas al status quo?