Curiosamente, muchos miles o quizá millones de personas se han convencido que los medios de comunicación como CNN o BBC, le han venido mintiendo los últimos dos años en el tema del covid, y repentinamente muchos ahora si le creen con el Tema de Ucrania o de Canadá.

La verdad es que nada ha cambiado. Los medios publican lo que antes otros publican o lo que les llega desde poynter, cuya misión es unificar un solo discurso, una sola retórica, una sola verdad, independientemente de que esa verdad no lo sea.

Vamos a recapitular algunos aspectos  que son muy importantes, antes de contarles lo que realmente está pasando en esa zona del mundo, pues es muy distinto a lo que los medios dicen, los internacionales y por supuesto que las repetidoras nacionales.

Primero, y únicamente como referencia vamos a contarles sobre dos momentos históricos de Ucrania:

Aproximadamente año 965 d.C.  Una de las naciones más prósperas de los años 650 al 965 aprox., fue Khazaria. Duró más de 300 años (650 a 965 d.C.) y cubrió más territorio que lo que conocemos hoy como las naciones escandinavas combinadas. Abarcaba la mitad oriental de la actual Ucrania, las estepas (desiertos) de la región del Volga-Don de la actual Rusia, toda la Península de Crimea y el norte del Cáucaso. Su parte sur abarcaba la mayoría de las costas de tres mares: el Negro, el Caspio y el Aral.

Era la tierra o imperio de los kazares ó jázaros, conocidos como la mafia jázara, que aún hoy subsiste y es liderada por los Bauers, hoy Rothschild. (la historia completa se las contaremos después).

El otro momento importante es el año 1991, cuando se disuelve la antigua Unión Soviética URSS y de ahí aparecen 15 Repúblicas Independientes como Rusia, Bielorrusia o Ucrania, entre otras.

También, se hace necesario explicar que el Euromaidán o Revolución de la Dignidad (del 21 de noviembre de 2013 al 23 de febrero de 2014), fue una serie de protestas contra el gobierno del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich por parte de grupos a favor de la firma del Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea, mientras que Mykola Azarov era Primer Ministro desde el 11 de marzo de 2010 y hasta el 28 de enero de 2014 que renuncia.  A ellos se sumaron opositores en general a la gestión política y económica de la élite política ucraniana, acusada de corrupción y enriquecimiento ilícito, además de algunos grupos fascistas, realizadas principalmente en la zona occidental y central del país, el centro de las protestas fue la Plaza de la Independencia de Kiev.

Para que nos quede claro, el sistema de gobierno ucraniano es semipresidencial, por lo que mientras que el Presidente de Ucrania es el jefe de estado y goza de mayores poderes que en una república parlamentaria, el jefe de gobierno es el primer ministro, designado por la Rada Suprema (Parlamento).

El 16 de enero de 2014, la Rada Suprema (PARLAMENTO UCRANIANO CON 450 DIPUTADOS), aprobó leyes que aumentaron aún más las tensiones en la sociedad. A fines de enero, se tomaron edificios administrativos, principalmente en el oeste del país, se produjeron enfrentamientos cerca del estadio Lobanovsky, los manifestantes asaltaron el barrio del gobierno y las primeras víctimas civiles fueron asesinadas. El 28 de enero, Mykola Azarov (Primer Ministro) renunció al cargo y al día siguiente la Rada Suprema derogó sus leyes y anunció amnistía para los manifestantes. Los manifestantes protestaron ante la Rada Suprema, que estaba considerando enmiendas a la constitución. Del 18 al 20 de febrero, durante una marcha de manifestantes hacia la Rada Suprema, el gobierno abrió fuego sobre los manifestantes. En la noche del 21 de febrero, el presidente Yanukóvich huyó a Rusia, otros funcionarios de alto rango abandonaron la capital y el presidente del parlamento, Oleksandr Turchinov, se convirtió en presidente interino.

Las protestas contra el nuevo gobierno fueron particularmente fuertes desde un comienzo en la península de Crimea, cuya población se considera mayoritariamente rusa. Todos esos conflictos dieron origen a que el 17 de mayo, fuera proclamada la independencia de la República de Crimea

Dentro de todo éste conflicto, a lo mejor han escuchado o leído el término “separatistas”, y es necesario explicarlo: El 7 de abril del 2014, una región con una superficie: 8.902 km² se declara INDEPENDIENTE de Ucrania, y pasa a llamarse la República Popular de Donetsk (DNR). Días después, el 27 de abril de ese mismo año, otra región con una superficie: 8.377 km² también se declara independiente de Ucrania y pasa a llamarse la República Popular de Lugansk (LNR).

A esas dos Repúblicas es a lo que se les llama “los separatistas”, que según el Presidente de Ucrania, Poroshenko (Junio 2014-Mayo 2019) y el actual Zelenski (Mayo 2019 a la fecha) siguen siendo parte de su país, aunque ellos ya no lo son y se autogobiernan.

A partir de ese momento, Ucrania empieza conflictos bélicos contra esas dos Repúblicas, hasta que en Setiembre de ese año, se firma el ACUERDO de MINSK para poner fin a la guerra en el este de Ucrania, firmado por representantes de Ucrania, la Federación Rusa, la República Popular de Donetsk (DNR) y la República Popular de Lugansk (LNR). Esa firma evidentemente reconoce implícitamente las nuevas Repúblicas, aunque desde Ucrania se diga lo contrario.

Fue firmado después de extensas conversaciones en Minsk, la capital de Bielorrusia, bajo los auspicios de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). El acuerdo, que siguió a varios intentos previos para detener los combates en la región de Donbass en el este de Ucrania, implementó un alto el fuego inmediato que duro apenas unos meses.

Por eso, se firma un nuevo acuerdo el 12 de febrero de 2015 luego de un maratón de negociaciones al que se la llamó Minsk 2., que tampoco  fue respetado por Ucrania, como si Minsk II fuera un trozo de papel sin valor alguno.

Ante éstos hechos veraces y comprobables, es que las autoridades de las dos Repúblicas “separatistas” de Donetsk y LugansK, recurren y piden auxilio del gobierno Ruso y de Vladimir Putín desde hace varios años, pues ahí si habían muertes de civiles a diario.

En las elecciones presidenciales de mayo de 2014 ganó Petro Poroshenko. No obstante, el conflicto continuó y, tras el derribo del vuelo 17 de Malaysia Airlines* el 17 de julio supuestamente por misiles antiaéreos rusos mientras sobrevolaba territorio ucraniano, la Cruz Roja de Ucrania consideró que había un estado de guerra civil. Sin embargo, con la ayuda del FMI y una política fiscal y monetaria estricta, se estabilizó la situación financiera del país y se llenaron las arcas del Estado, sin que los conflictos bélicos se detuvieran.

*De las 298 victimas de esa tragedia, 108 eran científicos e investigadores que se dirigían a la ciudad de Melbourne (Australia) para asistir a la XX Conferencia mundial sobre el sida que se celebrará entre el 20 y el 25 de julio.

El conflicto entre Moscú y Ucrania tiene también raices muy profundas y antiguas.

El resentimiento hacia Moscú en Ucrania tiene raíces históricas. En la Gran Hambruna de la década de 1930, hasta cuatro millones de ucranianos murieron de hambre durante la colectivización forzosa de las granjas por parte del dictador soviético Joseph Stalin.

«Tenía cinco años cuando la «brigada» comunista llegó al pueblo. Mi abuela nos dijo a los niños que nos escondiéramos donde pudiéramos».

«Fue muy aterrador. La brigada tenía horcas y venían a todas las casas a buscar pan», recuerda. «Usaron palancas para entrar. Luego fueron a todos los graneros tratando de encontrar pan enterrado».
Petro Mohalat, sobreviviente.

En 2016, el presidente Poroshenko aparece en los Panama Papers que revelan que sus abogados han construido una compañía offshore para albergar varios de sus negocios en las Islas Vírgenes Británicas. En 2017, es citado en el escándalo de los Paradise Papers. Se descubrió que a través del estudio pañameño – israeli Mossack Fonseca, 12 líderes políticos de alto rango, utilizaron paraísos fiscales para lavar dinero. Poroshenko apareció entre los involucrados junto al presidente de Argentina Mauricio Macri, el premier de Islandia, Sigmundur Gunnlaugsson, el primer ministro de Paquistán, Nawaz Sharif, el rey Salman de Arabia Saudita, el antiguo emir de Qatar Hamad bin Khalifa al Thani, y su ex primer ministro Hamad bin Jassim bin Jaber al Thani.​

En 2017 se reveló la existencia de estructuras empresariales cercanas a Petró Poroshenko, que estaban implicadas en casos de corrupción, tráfico de armas y desfalcos.

Durante su gobierno según un estudio del Centre for Economic Studies, se calculaba que el 62% de las empresas ucranianas no pagan impuestos y cerca de la mitad daban sobornos. Roman Nasirov, jefe de la Agencia Tributaria ucraniana, fue acusado de haber provocado unos daños de 70 millones de euros al Estado.

​Desde el otoño de 2017 se han observado crecientes ataques contra los activistas anticorrupción, organizaciones no gubernamentales y periodistas de investigación, entre ellos arrestos políticamente motivados, pruebas fabricadas, protestas organizadas, persecuciones e intimidaciones, hasta que asume el actual presidente Vladímir Aleksándrovich Zelenski, actor, comediante y guionista.

A pesar de sus promesas de campaña, no se ha progresado nada en el combate contra la corrupción. Según Transparencia Internacional, Ucrania sigue siendo el tercer país más corrupto de Europa. Las agencias anticorrupción o encargadas del cumplimiento de la ley están estancadas o bajo el control de partidarios del régimen designados por el presidente.

Simplemente a Zelenski no parece importarle mucho la corrupción, al menos cuando las personas implicadas son cercanas a él. En marzo de 2020, cuando se reveló que el hermano de su jefe de Gabinete ofrecía puestos gubernamentales por dinero, Zelenski no hizo nada. Hace poco, un alto legislador fue captado en cámara borracho mientras le ofrecía un soborno a un oficial de la policía en un accidente automovilístico.

Los escándalos y la tolerancia a la corrupción han socavado la popularidad de Zelenski. El 62% por ciento de los ucranianos no quiere que se postule para una reelección y, si se llevaran a cabo unas elecciones el día de hoy, conseguiría alrededor del 25%  de los votos, algo muy lejano en comparación con el histórico 73% por ciento que obtuvo en la segunda ronda.

Extraoficialmente, se dice que el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky ha acumulado algo más de 1.200 millones de dólares en cuentas en Costa Rica en el Dresdner Bank Lateinamerika en Sabana Sur, durante sus dos años y medio en el poder.

Las reposiciones regulares, en tramos irregulares de entre 12 y 35 millones de dólares, proceden de diversos canales, como de Rinat Akhmetov y Viktor Pinchuk a través del First Union Bank y el Deutsche Bank, así como de Igor Kolomoysky desde sus cuentas de Ginebra en la Banque Nationale de Paris.

Está absolutamente claro que sin el control de las autoridades de Alemania y Francia, el movimiento de fondos fuera de Ucrania del FMI y de las corporaciones multinacionales, incluyendo los gigantes de la Gran Farmacia, es imposible.

Entre las grandes compras de Zelensky con cargo a sus cuentas, figura la adquisición de una villa en Miami por 34 millones de dólares, así como ocho conjuntos de joyas Graff por ₽5,6 millones.
Además del presidente de Ucrania en el banco Dresdner, hay cuentas con el jefe de la oficina del presidente ucraniano, Yermak, por unos modestos 56 millones de dólares, con Svetlana Tikhanovskaya por 4,5 millones de dólares, la mayoría de los cuales transfirió en diciembre de 2020 al banco HSBC en la oficina de Londres.
Además, Arseniy Yatsenyuk («Senya es un muro») tiene cuentas en la sucursal de Miami del Dresdner Bank. Todos los presidentes y su equipo, después de su mandato, se fueron como multimillonarios en dólares y Zelensky, con todo su defecto no es la excepción, sólo que en su caso, los ucranianos no lo dejarían irse sin más, y más bien dicen que le espera la cárcel.

Ucrania está siendo robada y destruida sistemáticamente.

También es necesario recordar que Hunter Biden (hijo de Joe Biden) obtuvo un puesto remunerado en Burisma Holdings (empresa de gas) en abril de 2014. El fundador de la compañía era un aliado político del entonces presidente ucraniano Viktor Yanukovych, que huyó hacia Rusia en febrero de 2014 después de unas protestas masivas. Y que Ucrania jugó un papel fundamental en todos los intentos demócratas por derrocar a Donald Trump.

Las falsas noticias que indican una «invasión Rusa a Ucrania» asustó a los mercados energéticos esta semana, y en medio de temores de que la escalada del conflicto y las sanciones resultantes puedan interrumpir el suministro mundial de combustibles fósiles, estaría incrementando los precios y beneficiando a ciertos actores.

Rusia es uno de los mayores productores de petróleo, gas natural y carbón del mundo, por lo que cualquier acción que reduzca las exportaciones podría tener un efecto dominó global, elevando los precios y ralentizando el crecimiento económico. Europa Occidental es particularmente vulnerable porque depende en gran medida de los combustibles fósiles de Rusia.

El petróleo, el gas natural, el carbón y otros combustibles fósiles representaron más del 70 % del consumo total de energía en la Unión Europea, según un informe del año pasado de la Comisión Europea. Rusia suministró más del 41 % del gas natural, casi el 27 % del petróleo crudo y los líquidos separados del gas natural y alrededor del 47 % del carbón.

Explicado todo el contexto histórico y conociendo como los últimos gobiernos de Ucrania se han venido robando el dinero de los ucranianos y además un conflicto armado de varios años que si deja muertes diarias de civiles, y a petición de las Repúblicas separatistas, es que Vladimir Putin decide intervenir, y llevar a cabo un ataque muy bien programado a 30 blancos muy específicos, bases militares, aeropuertos militares, depósitos militares (incluyendo donde se supone se construía una bomba nuclear) y laboratorios donde se podrían estar llevando a cabo experimentación de armas químicas y biológicas.

NO HAY UNA INVASIÓN, NO HAY UNA GUERRA, y los ucranianos celebran y aplauden las acciones rusas contra un Estado depredador que mantiene su fuerza a través de los ejércitos y por eso era necesario la destrucción de esos 30 puntos estratégicos. Esos ataques posiblemente marquen el final de un conflicto que se mantenía por muchos años. NO HAY ATAQUE A CIUDADES O A CIVILES. Los medios tradicionales MIENTEN, como mienten con la situación de Canadá, mienten como han mentido con todo lo relativo a la pandemia, y como han mentido por varias décadas.

Esto que les hemos narrado, lo corrobora un ciudadano colombiano residente de Ucrania y lo hace en vivo en Univisión, a pesar de que el entrevistador trata de cambiar lo que el entrevistado narra…, VEALO USTED MISMO EN ÉSTE VIDEO:

También, desde el Ministerio de Defensa de Rusia, hacen éste comunicado: